sábado, 31 de mayo de 2008

Pude haberme quedado dormida...




Pude simplemente haberme perdido entre la sangre de mis venas.

Pude haberme ahogado en cualquiera de mis gritos;

Y ahora solo dejo manchas en la pared,

dejo correr mi corazón por las cañerías,

lloro como un payaso muerto de risa, como si este espectáculo fuera conmigo.

Borro mis facciones del espejo para inventarme otras nuevas; y aquí sigo,

pudiendo haber caido desde cualquier ventana...

El papel vuelve a cegar mis manos

y a atar de nuevo mi mirada.